Introducción

 

La deforestación se entiende como el cambio permanente de ecosistemas forestales a otros usos de la tierra originado por actividades humanas (agricultura, ganadería, asentamientos) o por causas naturales (incendios forestales, huracanes).
Tierra Forestal Conversión a Tierra agrícola
Conocer cuánto, dónde, cuándo, cómo y por qué sucede la deforestación, es fundamental para frenar y en la medida de lo posible, revertir esos procesos mediante el diseño y puesta en marcha de estrategias concertadas entre múltiples actores.

Para ello, la CONAFOR con apoyo de múltiples especialistas ha diseñado el Sistema Satelital de Monitoreo Forestal (SAMOF), a través del cual se realiza un procesamiento y análisis de imágenes Landsat que permite producir mapas de cobertura de suelo, tomando como línea base un año en específico, y respecto a esa línea base producir mapas de cambios de cobertura de suelo para distintos periodos.

Con la información de los mapas de cambios de cobertura del suelo del SAMOF, ha sido posible estimar que, en el estado de Quintana Roo, de 2003-2018 se han perdido alrededor de 194,006 hectáreas de superficie cubierta por selvas.

Las causas subyacentes de esta pérdida se analizaron a partir de un modelo de impulsores de la deforestación, a partir del cual, se evidenció que las principales causas de la pérdida de selvas, se debe en gran medida a:

1. El avance de la agroindustria a través del establecimiento cultivos agroindustriales como la caña de azúcar, la soya, el sorgo y la siembra de limonares, sobre todo en el sur del estado.

2. El desarrollo turístico, impactando principalmente a los municipios al norte de la entidad.

Por lo tanto, este análisis busca brindar información que permita a los tomadores de decisiones y público en general, contar un panorama actualizado de la cuantificación y ubicación de los recursos forestales en el estado de Quintana Roo, así como sus procesos de cambio en el periodo 2003-2018.

Se espera que estos datos e información contribuyan a orientar la planeación y formulación de la política pública territorial, abonen al entendimiento de factores directos e indirectos de las dinámicas espacio-temporales de cambio de uso del suelo y propicien un marco de trabajo para el desarrollo de políticas de conservación más resilientes.